La poca dignidad de Ana Hermoso

Desde la proclamación de Ana Hermoso como alcaldesa de Bormujos hace ya casi 2 meses y medio, la situación de nuestro municipio ha ido a peor, y la imagen que están dando tanto Ana Hermoso como Baldomero Gaviño dista mucho de lo que la ciudadanía espera de sus representantes políticos.

Pleno tras Pleno se pone de manifiesto la falta de responsabilidad de ambos, poniéndose zancadillas políticas a la más mínima oportunidad, buscando siempre cada uno la rentabilidad personal antes que el interés general de los bormujeros y bormujeras.

Prueba de lo que comento volvió a suceder en el último Pleno del pasado día 27 de mayo. La alcaldesa cambió el orden del día inicialmente previsto y desplazó al último lugar el punto que trataba la adaptación del PGOU a la LOUA, ya que al equipo de gobierno le falta un voto para aprobarlo por la ausencia de José Sánchez, el otrora tránsfuga. Pasados todos los puntos, y ante la ausencia del tránsfuga, la alcaldesa decide retirar el punto.

Pero como siempre en estos últimos tiempos faltaba “la patadita tobillera” de Baldomero Gaviño a su socia de gobierno. Ante la retirada del punto, motivado por la alcaldesa por la falta de apoyos, Gaviño replica que el punto hay que retirarlo porque él no ha firmado la propuesta de acuerdo y ha llegado un informe de la Junta de Andalucía que hay que estudiar, y por lo tanto no procede votar este punto. La cara de Ana Hermoso y la de los concejales del PP eran un poema. Gaviño, que al empezar el Pleno debió hace constar este asunto, esperó a este momento para dejar en evidencia a su compañera Ana Hermoso. 

Gaviño aprovecha cualquier momento para dejarle constancia a la alcaldesa que sigue mandando y que maneja los tiempos a su antojo. Y ella a tragar saliva y a salir del atolladero lo antes posible.

Esta es la realidad política de Bormujos. Una alcaldesa preocupada sólo en mantener el sillón, un sueldo y en utilizar los medios municipales para su auto bombo particular hasta las próximas elecciones municipales del 22 de mayo de 2010.

Como siempre, como Portavoz Municipal del PSOE en el Ayuntamiento de Bormujos, seguiré denunciando estas actitudes irresponsables que denigran la confianza que los ciudadanos y ciudadanas han depositado en nosotros.

Garzón, un hombre decente

Llevo varios días dándole vueltas a la cabeza sobre los motivos de la imputación de Garzón. Hoy domingo me he levantado pronto y he leido en El Pais un artículo de José Bono que me ha gustado y que quiero compartir con todos. 

Como ha muchos españoles, la situación que está soportando el juez me parece increíble en pleno siglo XXI, y creo que en España todavía no se ha hecho justicia con los perdedores de la guerra civil. Garzón era una luz al final del tunel.


Avivando el fuego

Cuando un país necesita que todos sus ciudadanos remen en el mismo sentido, que todos pongan sus intereses en la misma causa, en España, la derecha política solo piensa en poner zancadillas y en descalificar al Gobierno, con el único objetivo de sacar rédito electoral y votos de la crisis. 

Aquí en España, todas las miradas están centradas en Zapatero, pero ¿Qué  está pasando en otros países de la euro zona? Pues lo mismo de lo mismo. 

En Alemania, donde gobierna la derecha de la canciller Merckel, el paro también se ha disparado, el estado ha tenido que ayudar a la banca y la prometida reducción de los impuestos en elecciones ha pasado a mejor vida. 

En Francia, donde gobierna también la derecha, el gobierno a pesar de las medidas aplicadas ve como el índice de los descontentos aumenta día por día, y la izquierda ha ganado posiciones en las recientes  elecciones regionales. 

¿Es un problema local o global? Nadie duda ya que este problema  afecta a todos los países debido a la economía globalizada de la sociedad en la que vivimos, y por tanto, se debe buscar una solución conjunta para solucionarla. 

Pero en España tenemos la derecha que tenemos, la más radical de Europa. Le importa muy poco la credibilidad de la economía española y únicamente busca ganar las elecciones a costa de la crisis. El “lider Rajoy” por sí sólo no es suficiente argumento para hacerlo, y en la sede de calle Génova lo saben. 

Por eso, cuanto más aviven el fuego de la crisis, más se van a terminar quemando los señoritos de los trajes